La confianza del consumidor registró un aumento de 2% durante julio y alcanzó los 46,37 puntos, el valor más alto desde febrero, según el relevamiento mensual del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella, elaborado por Poliarquía Consultores a partir del sondeo de opinión en 40 aglomerados urbanos de todo el país, entre el 1 y 16 del mes.
Este incremento fue impulsado, principalmente, por la consolidación de mejores expectativas de compra de bienes durables y una percepción positiva sobre el ingreso en amplios segmentos de la población.
El contexto en el que se produjo esta suba estuvo marcado por la volatilidad del tipo de cambio y de las tasas de interés, tras el fin de la reducción temporal de las retenciones a las exportaciones de los sectores maicero y sojero. Además, la proximidad de las elecciones para la renovación parcial de las cámaras legislativas alimentó la incertidumbre y mantuvo el clima preelectoral en primer plano. Sin embargo, el humor del consumidor mostró resiliencia y mejoró respecto del mes anterior.

Desde un enfoque interanual, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) exhibió un aumento del 18,6%, evidenciando una tendencia favorable en comparación con julio del año pasado. Además, en los últimos cuatro meses, el indicador logró avanzar en tres oportunidades, tras el estancamiento observado en junio.
Uno de los factores clave que explican esta mejora ha sido la desaceleración de la inflación y la incipiente reactivación de la economía. Los datos que muestran una recomposición de los ingresos en parte de la sociedad también contribuyeron a elevar la percepción de bienestar entre las familias.
Sebastián Auguste, director del CIF, remarcó en el informe que “Se registraron niveles más altos en enero y febrero de 2025, durante la actual gestión de Javier Milei. Excluyendo esos meses puntuales, no se observaban valores similares desde noviembre de 2017, cuando el gobierno de Mauricio Macri atravesaba su mejor etapa antes de que la Jefatura de Gabinete de Ministros decidiera intervenir el Banco Central, modificando drásticamente el escenario económico”.
El desglose regional del índice revela grandes diferencias. El incremento mensual fue liderado por la Ciudad de Buenos Aires (CABA), donde el ICC tuvo una suba de 7,69%. En el Gran Buenos Aires (GBA), la recuperación fue de 1,94%. Por el contrario, en el resto del país el índice experimentó una leve baja de 0,56 por ciento.
Al analizar la variable socioeconómica, el relevamiento de la Universidad Torcuato Di Tella identificó una diferencia clara: el índice subió 5,64% entre los hogares de mayores ingresos, mientras que en los de ingresos bajos se redujo 2,16%. Esta brecha demuestra que la mejora en el humor social no es homogénea y que persiste la desigualdad en la percepción de la coyuntura económica.
Por subíndices, el repunte en julio estuvo impulsado por un avance del 8,97% en Bienes Durables e Inmuebles, seguido de una mejora del 2,48% en la Situación Personal. Sin embargo, la percepción sobre la Situación Macroeconómica no acompañó esa tendencia y retrocedió 3,21 por ciento.
Aun así, los registros actuales muestran que la confianza se ubica en un nivel más elevado tanto en la percepción general de la macroeconomía (52,2 puntos) como en la economía personal (47 puntos), frente al índice de decisión de compra de artefactos, automóviles o viviendas, que alcanza los 39,9 puntos. Este dato refleja que los consumidores se sienten más seguros sobre su situación presente que respecto a la posibilidad de realizar compras significativas.